El ascenso de los vinos virtuosos, a partir de viñedos que han sido gestionados de forma sustentable y/o manipulados en forma mínima en la bodega, ha sido muy notable. Pero ha habido un grado de separación entre lo que ocurre en los viñedos y lo que sucede en la bodega. Por lo tanto, en teoría, se puede tener un vino natural que se elabore con uvas cultivadas convencionalmente. No es frecuente, pero sucede. Y se puede tener uvas hermosamente cultivadas de forma biodinámica sometidas a un régimen de vinificación bastante brutal, o como tan bien lo explica Jason Lett de Eyrie Vineyards en Oregón, “algunas personas son hadas en los viñedos y orcos en las bodegas”.